1/6/08

DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2008

DOMINGO 8 DE JUNIO DE 2008
10º Domingo de Tiempo Ordinario
Segunda Semana del Salterio




PRIMERA LECTURA

Quiero misericordia, y no sacrificios

Lectura de la profecía de Oseas 6, 3-6


Esforcémonos por conocer al Señor: su amanecer es como la aurora, y su sentencia surge como la luz. Bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia tardía que empapa la tierra. «¿Qué haré de ti, Efram? ¿Qué haré de ti, Judá? Vuestra piedad es como nube mañanera, como rocío de madrugada que se evapora. Por eso os herí por medio de los profetas, os condené con la palabra de mi boca. Quiero misericordia, y no sacrificios; conocimiento de Dios, más que holocaustos.»


Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 49, 1 y S. 12-13. 14-15

R. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.



El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de oriente a occidente. «No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.» R.
«Si tuviera hambre, no te lo diría; pues el orbe y cuanto lo llena es mío. ¿Comeré yo carne de toros, beberé sangre de cabritos?» R.

«Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo e invócame el día del peligro: yo te libraré, y tú me darás gloria.» R.


SEGUNDA LECTURA

Se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 4, 18-25


Hermanos: Abrahán, apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. No vaciló en la fe, aun dándose cuenta de que su cuerpo estaba medio muerto -tenía unos cien años-, y estéril el seno de Sara. Ante la promesa no fue incrédulo, sino que se hizo fuerte en la fe, dando con ello gloria a Dios, al persuadirse de que Dios es capaz de hacer lo que promete, por lo cual le valió la justificación. Y no sólo por él está escrito: «Le valió», sino también por nosotros, a quienes nos valdrá si creemos en el que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.


Palabra de Dios.


EVANGELIO

No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 9-13


En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -«Sígueme.» Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: -«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores? » Jesús lo oyó y dijo: -«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrifi-cios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. »

Palabra del Señor.



HOY CANTAREMOS


Entrada: Estoy Alegre (Número 20, Folio 2)
Perdón: Señor, a veces no soy (Número 3, Folio 1)
Ofertorio: Danos tu pan (Número 27, Folio 2)
Santo: Santo (Beatles, Número 12, Folio 1)
Paz: Paz en la tierra (Número 11, Folio 1)
Comunión: Que nos dejen a los niños (Número 15, Folio 1)
Final: Porque eres tan distinta (Número 42, Folio 3)





Este domingo, en nuestra misa de 11, Irene y Andrea van a recibir su Primera Comunión.


Al terminar la misa, todos los niños del coro y cuantos nos querais acompañar, celebraremos en los locales del sótano una pequeña fiesta. Festejaremos la alegría de todos los que habéis recibido vuestra Primera Comunión en este año (59 niños, nada menos http://www.parroquiadefatima.com/noticias.htm -pincha en este enlace para ver sus nombres) y nuestro -y vuestro- compromiso de seguir asistiendo a catequesis ¡y por supuesto a "nuestra" misa de 11h!


La Primera Comunión es muy, muy importante... pero para Jesús, la segunda, la tercera ... y todas las que celebréis en vuestra vida son igual de i m p o r t a n t e s, y todas ellas las recibiremos con la misma alegría e ilusión.


Cada vez que comulguéis, recordad esta pequeña poesía:



"Nunca Jesús mío,

quieras consentir

que quien hoy te abraza

se aparte de Ti"



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